Lucha contra la pobreza
Hoy se ha "celebrado" el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza y, en España, ha coincidido, ni más ni menos, que con el comienzo del debate parlamentario sobre el proyecto de ley de Reforma de la Administración Local que, según dicen, tiene que servir para "racionalizarla" y hacerla "sostenible". Que paradoja!!!
Cuando más necesarios son los Servicios Sociales, van a "racionalizarlos". Esto no es otra cosa que cerrarlos o privatizarlos. Porque no hay que olvidar que el gran despliegue de Servicios Sociales está, en estos momentos, en manos de las corporaciones locales. Esto es un gran ataque al actual sistema de protección social.
Por otra parte, el concepto de pobreza no se puede entender en nuestro días como la mera falta de recursos económicos (que lo es), sino que hemos de ir más allá, pues la pobreza supone una evidente dificultad de acceso a muchos de los servicios básicos para el desarrollo personal, familiar y social de las personas. La pobreza se traduce en dificultades de acceso a la vivienda, a la protección de la salud, a una alimentación adecuada, a una posible inserción laboral, a la educación, a recursos de ocio y tiempo libre,...
Sobran datos y estadísticas que alertan continuamente del incremento de la pobreza en España (de la pobreza relativa, de la pobreza absoluta, de la pobreza infantil,...). La mayor parte de las veces se trata únicamente de estadísticas, de números. Pero, cada vez más, nos encontramos con verdaderos dramas humanos muy cercanos a nuestras propias casas, a nuestras familias o a nuestros entornos más directos.
Y, como lo de este país es de traca, a los cerebros pensantes no se les ocurre más que "racionalizar" la respuesta a estas situaciones de dificultad y de riesgo de exclusión social. Los actos institucionales para la "erradicación de la pobreza" han brillado por su ausencia. Ninguna entidad pública se ha comprometido, durante el día de hoy, a luchar con la pobreza de forma contundente. A estos cerebros pensantes solo se les ocurre poner los medios de la televisión pública al servicio de espacios que defienden y fomentan la beneficencia y el asistencialismo, disfrazándolo (eso sí) de solidaridad. Ahora resulta que los pensionistas tienen que ser "solidarios" compartiendo sus miserables 400 o 500 euros, mientras que los responsables políticos hacen una clara dejación de sus responsabilidades hacia las personas más desfavorecidas de la sociedad y desviando continuamente dinero público a la iniciativa privada.
No nos podremos sorprender cuando este país explote. Porque si las cosas siguen así, acabará explotando, porque las personas no ven salida a sus difíciles y angustiosas situaciones, porque el Estado les exprime cada vez más esquilmando los recursos propios y los de las familias.
A veces, da la sensación de que están consiguiendo el objetivo de lo que algunos vienen denunciando como estrategia global y silenciosa de empobrecer al mayor número de personas posibles. Global porque afecta a todos los países del mundo (sin excepción, aunque con diferentes puestas en escena). Y silenciosa porque se va haciendo tomando medidas parciales, justificadas por la situación de crisis que estamos viviendo, pero que afectan a derechos fundamentales de la ciudadanía. A estas alturas, todos sabemos que ya casi no existe la clase media, que cada vez hay más personas pobres, y que cada vez las personas ricas son más ricas.
A veces, también da la sensación de que no hay salida, que no se puede hacer otra cosa y que esto es lo que nos merecemos por "haber vivido por encima de nuestras posibilidades", o por "haber defraudado en las prestaciones de desempleo", o por "haber abusado de la asistencia sanitaria",... Argumentos, todos ellos, que parece que lograr calar en la sociedad.
Sin embargo, las cosas se pueden hacer de otra manera. Está claro que hay alternativas (se están poniendo muchas encima de la mesa), pero no lo conseguiremos si los responsables políticos siguen pensando de forma prioritaria y casi exclusiva en los insaciables "mercados". La solución pasa por tomar conciencia de que las personas deben ser realmente lo primero.
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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el
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