El "trabajo en red" en el ámbito social
Suele ser muy habitual, en el ámbito de la intervención social, escuchar hablar del "trabajo en red". Con demasiada frecuencia, se entiende esta metodología como si fuera la panacea para solucionar todos los problemas que surgen en la interacción social (entre diferentes agentes sociales o diferentes servicios). El "trabajo en red" aparece como el enfoque metodológico que va a allanar todas las dificultades.
En mi opinión, sin embargo, los diferentes enfoques metodológicos de la intervención social, suelen ir tomando mayor protagonismo en determinadas épocas, convirtiéndose en una simple "moda".
Sin embargo, el "trabajo en red" suele ser un debate recurrente en el ámbito social. ¿Y por qué esta necesidad de hablar continuamente de "trabajo en red"? Porque la realidad social de las personas, los grupos y las comunidades, es una (formando "un todo"). En cambio, la respuesta profesional a estas realidades sociales se ha ido especializando de tal forma que se ha creado un complejo y variado entramado de servicios y/o recursos que atienden a la población de forma "parcial", desde su propia especialidad, creando una especie de "compartimentos estancos" que dificultan un abordaje "integral" de la situación social abordada. La teoría de sistemas nos ha demostrado con claridad que, cada vez que se introduce un cambio (por pequeño que sea) en cualquier parte del sistema, cambia todo el sistema reaccionando a dicho cambio (para adaptarse a él o para rechazarlo).
Para que podáis entender mejor esta entrada, debo deciros que hace unos 15 años, aproximadamente, me declaré "objetor de conciencia del trabajo en red". ¿Por qué? Pues porque me daba la sensación de que, cada vez que se hablaba de hacer una "trabajo en red", la mayor parte de los profesionales estaban hablando de la necesidad de mejorar la "coordinación técnica", pero no de trabajar en red. Por ese motivo, pensaba que no podíamos llamar "trabajo en red" a aquellas propuestas, sino más bien "coordinación". Además, había un elemento común que estaba presente en casi todas las reuniones en las que se discutía sobre el trabajo en red: este elemento solía ser el debate sobre "quién iba a liderar la red", y ahí ya nos perdíamos absolutamente, pues precisamente el trabajo en red se ha de caracterizar por el establecimiento de unas relaciones horizontales (sin jerarquías) e interconectadas, en las que todos los actores de la red están a un mismo nivel. No debemos confundir, sin embargo, esta premisa con la ausencia de liderazgo porque en todas las redes sociales existe un liderazgo (que puede ser cambiante en el tiempo y en la forma).
Durante estos 15 años, he ido dando diferentes oportunidades al "trabajo en red", incluyendo algunas acciones formativas al respecto. Y después de la última formación, en la que he participado recientemente, creo que he llegado a una conclusión que, para mí, es bastante relevante: el "trabajo en red" es una metodología de trabajo que está orientada principalmente para el abordaje de la planificación estratégica y/o el trabajo comunitario. Pienso que el trabajo en red para un abordaje de caso es poco útil, poco práctico, poco rentable, poco eficaz y poco eficiente. Por tanto, considero que para el abordaje de casos es mucho más efectivo hacer una buena "coordinación técnica".
Veamos a continuación cuáles son las principales características del "trabajo en red":
- Hortizontalidad
- Sinergia
- Autonomía y relación entre todos
- Pertenencia participativa
- Compromiso (co-responsabilidad)
- Construcción multidireccional
- Objetivos comunes, claros y precisos, asumidos por todos
- Construcción y gestión colectiva del conocimiento
- Acción común
- Simplicidad y flexibilidad organizativa
- Evaluación y aprendizaje
Algunas de estas características las podríamos encontrar tanto en lo que llamamos coordinación como en lo que denominamos trabajo en red. ¿Cuál es entonces la principal diferencia? Lo que a mí me ha ayudado a entender la diferencia entre ambas metodologías es: el objetivo.
Cuando varios servicios o instituciones establecen una coordinación, cada entidad conserva su objetivo propio y la puesta en común intenta abordar la situación, desde las diferentes perspectivas, pero como una suma de objetivos. Sin embargo, en el caso del "trabajo en red", el objetivo es uno solo, definido por la propia red. Todas las partes implicadas en la red trabajan en una misma línea y para alcanzar una sola cosa (un solo objetivo), no para alcanzar cada parte su propio objetivo.
La comunicación que se establece en la coordinación puede ser vertical o solo entre algunos miembros determinados, mientras que la comunicación en el "trabajo en red" es horizontal y multidireccional, estableciéndose interacciones mucho más ricas y beneficiosas.
Por otra parte, la participación en una red ha de ser voluntaria y la necesidad de continuar formando parte de la red debe surgir de la percepción de participación activa. Muchas coordinaciones, sin embargo, puedes ser obligatorias, aunque la percepción de participación activa no exista.
Importante también es la diferencia entre co-ordenarse y co-operar. En la red, los diferentes miembros operan conjuntamente para alcanzar al objetivo, mientras que en la coordinación se suman y organizan diferentes actuación que se deben orientar en una misma línea de actuación, aunque para conseguir resultados parciales y diferenciados.
Podemos concluir que todo "trabajo en red" necesita de una buena coordinación, pero no todas las coordinaciones constituyen "trabajo en red".
De este modo, llegamos finalmente a una definición sencilla de Trabajo en Red como: "la colaboración de dos o más organizaciones o personas para alcanzar una meta".
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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 01.02.2014
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