13/6/14

Jornadas de Servicios Sociales Municipales 2

Un día muy intenso el de hoy, en el que hemos abordado los ejes 2 y 3 de las jornadas, o lo que es lo mismo, el impacto de la reforma de la administración local en la intervención social (en el Trabajo Social) y el impacto en la ciudadanía. Además, hemos tenido el Foro Político sobre Servicios Sociales, con una nutrida asistencia de representantes de partidos y en el que ha quedado claro que todos los partidos presentes se han comprometido a derogar esta ley, excepto el Partido Popular, cuya representante ha llegado a manifestar que "esta ley, no le afecta a la gente", que "a la gente tanto le da quién le paga las ayudas, lo que quiere es que se la paguen rápido" (cosa esta última que ni siquiera es cierta en la mayoría de las comunidades autónomas).
Tras decir esto un grupo de asistentes han depositado  en el estrado, ante la portavoz popular, varias siluetas representativas de la Campaña de Lucha por el Ingreso Aragonés de Inserción, que representan a personas concretas que están perdiendo mucho en esta crisis, con la pretensión de poner cara a muchos de los casos que atendemos cada día en nuestra labor profesional.

Hoy hemos contado con ponentes de mucho interés, en una interesante combinación entre profesionales de larga trayectoria y profesionales menos bregados pero aportan nuevas visiones de la intervención social ( Mª Jesús Brezmes, Rosana Costa, Natalia Pérez, Javier Escartín, Joseba Zalakain, Rosa Ugalde, Karmele Guinea Anasagasti, Ana Isabel Lima o Elvira Villa), que nos han ofrecido diferentes perspectivas de análisis con la realidad de diferentes comunidades autónomas.

Repetidamente ha quedado de manifiesto que la población, en general, se ha empobrecido notablemente durante esta crisis, destacando algunos colectivos especialmente como las familias con niños, las personas inmigrantes y los jóvenes. Además, también se ha producido un empobrecimiento del Sistema de Servicios Sociales, con un claro empobrecimiento de las capacidades de prestar apoyo.

Hemos conocido algunos datos interesantes y preocupantes sobre la pérdida de empleo en el sector de los Servicios Sociales que, durante los 3 últimos años ha llegado a acumular un 12%, afectando mucho más a los jóvenes de menos de 30 años.

Nos situamos  muy por debajo de la media europea en gasto social, mientras que nos quieren hacer creer que no hay otra opción, que estamos obligados a ellos, como si no dependiera de la voluntad política a la hora de priorizar qué destino damos al gasto público.Encontramos importantes diferencias entre los diferentes municipios y comunidades autónomas a la hora de explicar cómo se plicará la ley. Mientras que uos aún no se han comenzado a preparar para ello, otros estån haciendo una aplicación directa sin restricciones.

Se ha sugerido elaborar un nuevo discurso en el que no se culpabilice a las víctimas, se continúe exigiendo responsabilidades a los culpables, mientras insistimos en el valor de los Servicios Sociales y promovemos una regeneración ética la política, los mercados y la sociedad en general.

En el futuro inmediato se hará absolutamente necesario llegar a pactos que consoliden los Servicios Sociales con independencia de los vaivenes políticos.

Todo ello tenemos que hacerlo de forma conjunta con los diferentes profesionales de la intervención social, con la ciudadanía, con los agentes sociales y con los diferentes partidos políticos. Todo ello mientras que, de forma paralela y urgente, se da respuesta a las miles personas que se encuentran en situación de emergencia.

Y mañana nos toca hacer propuestas de futuro, para intentar definir qué líneas básicas queremos que tenga el Sistema de Servicios Sociales ante este nuevo panorama.

Recuerda, para más información sobre las jornadas: www.serviciossocialesmunicipales.com

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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 13.06.2014

Jornadas de Servicios Sociales Municipales 1

En Bilbao, y con mucho calor, hemos comenzado las Jornadas de Servicios Sociales Municipales cuyo Eje 1 ha tenido por objetivo principal hacer un análisis del impacto que puede tener la aplicación de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local en el Sistema Público de Servicios Sociales.
Tras la presentación y bienvenida por parte de las autoridades, han tomado la palabra diferentes expertos que han coincidido en hacer un balance negativo de esta ley porque, aparentemente, dice tener unos objetivos a conseguir cuando en realidad lo único que se persigue reducir el gasto público en general y en los Servicios Sociales en particular. 
Además, la gran paradoja es que  no solo no solucionará los problemas estructurales que arrastran los ayuntamientos en las últimas décadas (falta de recursos insuficiencia de financiación, mapa de competencias mal diseñado y mal gestionado, un mal ajuste entre lo municipal y lo provincial, falta de desarrollo de las haciendas locales), sino que ni siquiera servirá para cumplir el objetivo principal.
Aunque se trata de explicar que no va a suponer un cambio sustancial, realmente supone un profundo cambio en el modelo de gestión de los Servicios Sociales, convirtiendo en una especie de "regalos" que la administración otorga a los ciudadanos sólo si tiene presupuesto para dárselos, en lugar de constituir un sistema basado en derechos de ciudadanía como responsabilidad pública.
Otro efecto importante puede ser que se produzcan importantes diferencias territoriales en la cobertura de necesidades y de derechos de los ciudadanos en función del territorio en el que resida, pues cada comnidad autónoma puede hacer (algunas ya lo están haciendo) diferentes desarrollos normativos de esta ley, que consiste en aplicar el principio de la estabilidad presupuestaria.
Hemos podido reflexionar sobre algunos aspectos importantes como el efecto performativo que tienen las palabras utilizadas. Por ejemplo, nos hablan de que los Servicios Sociales tienen déficit o superávit, cuando en realidad deberíamos hablar de que tienen una financiación suficiente o insuficiente.
La ley además presenta muchos problemas jurídicos que pueden acabar generando grandes dificultades y disparidades en su aplicación, además de indefensión jurídica para los ciudadanos y para las propias administraciones locales.
Para acabar con este resumen de hoy, decir que la pretensión de una drástica reducción del gasto público como la aquí propuesta sólo se podrá conseguir con los verdaderos planes del gobierno, según la documentación enviada a Bruselas, en la que se menciona una clara reducción de personal e incluso de supresión de servicios, pues solo se privatizarán aquellos servicios que sean susceptibles de mercado, destacando especialmente los seguros privados de protección social y/o sanitaria, que es el gran aliciente.
Mañana nuevo resumen con los ejes 2 y 3.
Más información sobre las jornadas y consulta del programa en www.serviciossocialesmunicipales.com


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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 13.06.2014

6/6/14

¿Qué le está pasando al Trabajo Social?

El pasado día 30 de mayo celebramos la Asamblea General del Colegio Oficial del Trabajo Social de las Islas Baleares. Como viene siendo habitual, primero se hizo un repaso de las principales actuaciones realizadas por el colegio profesional durante el último año, así como un repaso del estado general de las cuentas y el presupuesto previsto para este próximo ejercicio.
Después, se celebró un coloquio a cargo de nuestra compañera Teresa Aragonés, docente de Trabajo Social y especializada en materias como la supervisión y la intervisión. Teresa nos hizo una espléndida reflexión en la que nos dibujó, con una claridad bastante certera, una radiografía de la situación actual de la profesión.
Desde mi humilde perspectiva, os dejo un pequeño resumen de lo que (a mi entender, esto siempre es subjetivo) me pareció más relevante de su exposición.
En primer lugar, definió la situación actual de los Servicios Sociales como el receptáculo de un malestar general, motivado por la ruptura social que se está produciendo. Y esto nos está provocando una gran confusión de no saber con qué estamos trabajando.
¿Qué nos está pasando?
Durante muchos años pensábamos que sólo se podía progresar, que era imposible una vuelta atrás. Y ante este no saber que nos está pasando, vivimos las pérdidas como un querer recuperar lo que había antes, pero eso hace que sigamos aferrado a ese pasado, lo que nos impide hacer el duelo como elaboración de esa perdida.
Debemos tener claro que nuestro trabajo está profundamente influenciado por las políticas sociales de cada momento. Y, en este momento, según Teresa, realmente no estamos volviendo atrás, sino que esta realidad actual nos coloca ante lo que habrá en el futuro más inmediato, ante un nuevo escenario.
Influenciados por el individualismo imperante en nuestra sociedad durante las últimas décadas, se ha hecho mucho Trabajo Social de caso, pero se ha dejado de lado la dimensión colectiva de nuestra intervención profesional.
En los últimos años estamos siendo testigos de cómo los factores de riesgo social se retroalimentan, lo que hace que se dispare el riesgo de exclusión social. Las personas que ven cómo pierden todo o mucho de lo que han sido capaces de crear en su vida, se sienten fracasadas, muestran tendencia al pesimismo y a la depresión y se acaban generando problemas de salud, tanto física como mental.
Y, ante este panorama, nos encontramos con algunos interrogantes clave: ¿en qué consiste el Trabajo Social que estamos haciendo?, ¿qué encargo tenemos?, ¿qué pensamos que debería hacer el Trabajo Social?
Algunas respuestas son dramáticas: la intervención se ha podido convertir en persecución del usuario (cuestionando sus decisiones) y estamos ejerciendo un "control social", estamos administrando "la miseria", los usuarios nos confrontan y nos presionan a los profesionales diciendo "yo tengo derecho por delante de inmigrantes, o de otros desgraciados,...", se nos exige dar respuesta a problemas graves y complejos sin presupuestos (ni económicos, ni morales), buscamos culpables de lo que nos pasa (jefes, políticos,...), . Todo ello nos lleva a extraer una conclusión: el encargo que se le hace actualmente al Trabajo Social, es imposible!
Mientras sigamos atascados en el trabajo de caso no saldremos de esta situación. Hemos de empezar a trabajar las pérdidas de la gente y todo lo que ello implica, buscando las capacidades y el potencial humano, porque de lo contrario estaremos trabajando con los pobres, pero sin conseguir resultados óptimos y sin favorecer el cambio social. Y este trabajo debemos hacerlo desde la dimensión colectiva.
¿Qué riesgos aparecen?
- Los profesionales están enfermando física o psíquicamente.
- Algunos profesionales se ponen una "coraza" que les proteja de esta cruda y cruel realidad.
- Otros profesionales pueden llegar a "arremeter" contra el usuario, cargan contra ellos favoreciendo el control social. Podemos, incluso, llegar a "criminalizar" a los usuarios.
- En el otro extremo, hay profesionales que se sobreidentifican con los usuarios y se dejan atrapar por la situación, por lo que su intervención tampoco sirve para nada.
Nuestra potencia
Sin embargo los Trabajadores Sociales tenemos una serie de recursos, potencialidades y habilidades, que nos pueden permitir avanzar en otro sentido:
- Nuestro pensamiento.  Es absolutamente necesario "echar cabeza a las emociones" que estamos viviendo. Reflexionar sobre nuestra actuación.
- El trabajo en equipo. Trabajar solo, en estos momentos, es insoportable, es una carga excesivamente pesada. Por eso, hay que crear estructuras que contengan la ansiedad profesional.
- Cómo visualizamos el territorio.  Es muy diferente entender a los usuarios en un contexto o como elementos sueltos. Los profesionales del Trabajo Social, tenemos un profundo conocimiento del territorio en el que se enmarcan nuestras intervenciones y hemos de aprovechar ese conocimiento para buscar sinergias y aunar fuerzas colectivas para la resolución de problemas. Teresa defiende que la primera acogida deberían hacerla verdaderos expertos en entrevista y en conocimiento del territorio, cuando lo más frecuente es que la haga "el último que llega".
En estos momentos, es fundamental creer en la fuerza del trabajo comunitario, en la fuerza de la gente cuando se junta para cambiar las cosas y solucionar los problemas.
En el trabajo colectivo se crean redes y el profesional se sitúa de manera muy diferente, se coloca en el mismo nivel. Y, al mismo tiempo, cambia la percepción que los usuarios tienen del profesional, dándose cuenta de que no éste no puede solucionar todo. El trabajo colectivo también permite hacer un análisis en común de los problemas y de las necesidades. Y es fundamental comenzar a trabajar desde el análisis de las necesidades con una perspectiva colectiva.
Mis conclusiones
Me pareció una parada para la reflexión fantástica, para analizar qué está pasando en nuestro ámbito de intervención.  Creo que la radiografía presentada por Teresa recoge, con mucho acierto, la situación actual de la profesión.
Sin embargo, aunque tengo claro que el Estado del Bienestar no volveremos a verlo como lo conocimos, me resisto a pensar que el Estado del Bienestar y el Sistema Público de Servicios Sociales no puedan ser una realidad. Por supuesto que había muchas cosas que mejorar, pero perder estos mecanismos de protección social, a mi entender, sí que es volver muchos atrás.
Y, a vosotras y vosotros, ¿que os sugieren estas reflexiones? Encantado de "escuchar" tus comentarios.

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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 06.06.2014

1/5/14

Nueva ley de protección a la infancia

El pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó el Anteproyecto de Ley de Protección a la Infancia, el cual comienza su andadura legislativa mediante la cual deberá ser tramitado por el Congreso y por el Senado, antes de su aprobación definitiva.
Esta nueva ley supone la introducción de algunos importantes avances que ayudarán a ofrecer una mejor y más integral protección de la infancia en los diferentes ámbitos de la vida. En futuras entradas, a medida que se vaya configurando la versión definitiva de la ley, iré haciendo algunos análisis de los aspectos más destacables y novedosos.
Sin embargo, hoy quiero hacer referencia a una de las mejoras que introduce esta ley: se reconoce a los niños y niñas como víctimas directas de la violencia de género.
Esta novedad me produce una especial satisfacción porque, en el año 2006, tuve la oportunidad y satisfacción de participar en un proyecto de investigación sobre las condiciones de la Atención a Niños y Niñas Víctimas de Violencia de Género, promovido por Save the Children y dirigido por la prestigiosa psicóloga, experta en infancia, Pepa Horno Goicoechea.
Esta investigación “pretendía analizar la atención que se estaba dando a los hijos e hijas de las mujeres víctimas de la violencia de género en el sistema de protección a la mujer. Los resultados de la investigación indicaban que los profesionales del ámbito social, policial y judicial entienden que los niños y niñas son víctimas de la violencia de género, son víctimas de maltrato psicológico no sólo por recibir agresiones físicas también, o por ser testigos directos de la violencia, sino por vivir en un entorno donde se da esta violencia. Sin embargo, la investigación también denunciaba que el sistema de protección a la mujer no ha contemplado las medidas específicas suficientes y necesarias para atender las necesidades diferenciales de estas víctimas, ni cauces de participación de los niños y niñas en la toma de decisiones que les afectan directamente.
Desde que se comenzara a valorar en su justa medida el problema de la violencia sobre las mujeres y se aumentara la concienciación social sobre el problema, ha sido tónica habitual que los niños, niñas y adolescentes que padecen esa misma violencia hayan sido víctimas totalmente invisibles para los recursos de protección social.
Se calcula que el año pasado unos 840.000 menores estuvieron expuestos a la violencia de género, lo que supone más del 10 por 100 de los niños y niñas residentes en España.
Pero estas cifras son cálculos aproximados porque, ni en las estadísticas, ni en los informes sobre violencia de género aparecen los menores. Son víctimas invisibles. Cuando una mujer sufre violencia de género y es madre, en su casa hay más de una víctima y que son, precisamente los hijos de esa mujer, los que viven en una mayor indefensión.
En los últimos años se han incrementado los esfuerzos en la atención social, psicológica y jurídica, de las mujeres que sufren violencia doméstica, pero se ha dejado de lado la situación específica que viven sus hijos. Se considera que cuando la madre se recupera, también ellos lo hacen, pero apenas existen recursos específicos y adecuados para los menores.
Algunos de los resultados más destacables de las entrevistas con los profesionales, fueron los siguientes:
a. Todos los profesionales entrevistados reconocen que los niños  y las niñas son víctimas de la violencia de género,  psicológica en todos los casos y a veces también física directa.
b. El cuadro de síntomas que describen es similar al de un menor víctima de maltrato físico o emocional.
c. Existe una percepción generalizada del riesgo de que los niños repitan los patrones de violencia vividos en su familia.
Entre los efectos de la violencia de género sobre los niños y las niñas identificados por Save the Children y los profesionales entrevistas en la investigación destacan:
Problemas de socialización: aislamiento social, dificultad para establecer relaciones personales, conductas agresivas o autoagresivas.
Problemas escolares: bajo rendimiento, problemas de atención y concentración, agresiones entre iguales (como víctimas y como agresores).
Síntomas de estrés postraumático: trastornos del sueño, fobias, trastornos alimenticios, ansiedad, ataques de pánico.
Conductas regresivas.
Síntomas de depresión y de ansiedad.
Alteraciones del desarrollo afectivo: modelos de vinculación erróneos, en los que violencia y amor van unidos, manejo del poder sobre otros.
Internalización de roles de violentos o de género equivocados: no siempre los patrones de género se transmiten según el sexo, hay niñas que repoducen patrones de agresión y niños de víctima.
Parentalización de los niños: asunción de roles adultos en un intento de proteger a sus madres.
Respecto a las medidas que el sistema de protección a la mujer ha desarrollado para atender a los niños y niñas, encontramos dos conclusiones básicas:
1. El sistema de protección a la mujer no contempla a los niños y niñas como víctimas de la violencia de género, lo que posibilita su victimización secundaria.
2. Los menores son tratado como objeto de protección y no como sujetos de derechos.
Partiendo de estas conclusiones, para mí es una gran satisfacción comprobar como se está produciendo un avance legislativo muy significativo para la mejora de la atención a los niños, niñas y adolescentes de nuestra sociedad que viven violencia de género en su propio hogar. Aunque se haya tardado casi 8 años, debemos felicitarnos por ello.
Os dejo los enlaces a los informes completos con las conclusiones de la investigación:
portada baleares
 







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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 01.05.2014

17/4/14

Un año de profunda transformación social

Hace justo un año que este blog comenzó su andadura con la primera entrada a modo de presentación, en la que se dejaba constancia de cuáles eran las pretensiones con las que nacía esta herramienta de comunicación, sensibilización y denuncia sobre diversos aspectos relacionados con el Trabajo Social.
1aniversario
Un año que ha dado mucho de sí. Un año en el que he hablado de temas muy variados. Sin embargo, muchas veces mi discurso se ha centrado en la profunda preocupación que ha generado la aprobación de la Ley de Reforma de la Administración Local, por las repercusiones tan negativas y catastróficas que puede tener su futura aplicación en el ámbito de los Servicios Sociales.

Además de este tema recurrente, he abordado asuntos tan diversos como: la sabiduría que acumulan las personas mayores por su experiencia de vida, la aparición de las Oficinas de Intermediación Hipotecaria, como respuesta a los problemas relacionados con la vivienda y los desahucios, las políticas de infancia de nuestro país que se canalizaban a través del II Plan Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia (y que parece que no están dando muchos resultados o no se están aplicando)),  el reconocimiento de niños y niñas como víctimas de violencia de género y la necesidad de recibir una atención especializada que ayude a evitar posible secuelas en su desarrollo, una interesante iniciativa que aglutina los esfuerzos de los trabajadores sociales que escribimos blogs y que hemos denominado BlogoTSfera (con el apoyo del Consejo General del Trabajo Social), presentaciones de varios libros, la diferencia entre Trabajo Social como profesión y lo que se suele llamar incorrectamente "trabajos sociales" (como los que le han impuesto a Berlusconi), mi previsión de que para salir de la crisis, Europa debe reinventarse (tal vez ya haya comenzado con Merkel hablando de humanidad y de ayudar a los que más lo necesitan, discurso nuevo que espero que no esté vacío), la importancia de que nuestros jóvenes puedan vivir su orientación sexual sin tapujos ni cortapisas homofóbicas, la campaña orquestada desde diversos órganos de poder al servicio de entidades con grandes intereses económicos y financieros para desmantelar los Servicios Sociales, el falso discurso de nuestro gobierno para luchar contra la pobreza (cuando los hechos y las cifras nos demuestran que solo vamos a peor), las interesantes conclusiones que alcanzaron los más de 1500 compañeros y compañeras que asistieron al XII Congreso de Trabajo Social en estos tiempos de malestares, el papel de las huelgas o de la mujer en nuestra sociedad actual, los límites de la implicación emocional de los profesionales de la intervención social, la exigencia de modificación de la Constitución para que reconozca a los Servicios Sociales como cuarto pilar del Estado del Bienestar, el éxito de la marea blanca de Madrid en su defensa incansable de la sanidad pública, el trabajo en red como herramienta para la intervención social comunitaria, datos escalofriantes y vergonzosos sobre la pobreza infantil en nuestro país (y van a peor...), o la desvergüenza de algunos profesionales que se permiten el lujo de no denunciar situaciones de abusos sexuales a menores no se sabe bien por qué intereses.
Una actividad, en definitiva, variada y prolija. A veces, marcada por la más pura actualidad y, muchas veces más, con un marcado pesimismo ante la terca realidad que nos rodea.
Haciendo balance, un año después de haber comenzado mi andadura bloguera, me encuentro con un país en el que hemos liderado el mayor retroceso en derechos sociales, derechos civiles y derechos humanos de toda Europa. Estamos pasado de ser pioneros en algunos ámbitos de lo social o de lo sanitario, a que nos quieran convencer de que ambos sistemas son insostenibles, y encima por nuestra culpa, porque "hemos vivido por encima de nuestra posibilidades". Pero este argumento ya no cuela, ya sabemos todos quiénes son los culpables de nuestra situación actual, ya se están dando cuenta de que la sociedad les ha dado la espalda, pero no les gusta escucharlo, y menos ahora que se enfrentan a su primera batalla electoral desde que empezara todo este sinsentido.
Deseo fervientemente que los posicionamientos excesivamente eufóricos sobre "lo bien que va nuestro país" se vean traducidos, rápidamente, en un verdadero cambio de ciclo que nos permita retomar las buenas posiciones que tuvimos en otras épocas no muy lejanas y que nos hacían sentirnos orgullosos hasta de ser europeos. Y lo deseo, porque mientras que el inicio de la supuesta recuperación está siendo extremadamente tímido, las consecuencias de los exagerados recortes sociales que hemos sufrido están siendo cada día más desastrosas y vergonzosas para un país supuestamente desarrollado. Desde los Servicios Sociales asistimos cada día a la tragedia de miles de personas que no disponen de lo más básico para subsistir, que no logran encontrar un empleo, que no tiene qué dar de cenar a sus hijos e hijas, que están perdiendo sus casas, que han perdido su derecho a que se les cuide su salud, que están perdiendo hasta la dignidad.
Hemos creado un país en el que los datos macroeconómicos están cada vez más lejos de la realidad social de las personas, en el que tener un trabajo ya no implica no estar en riesgo de pobreza o de exclusión social, en el que la brecha social entre los que tienen mucho y los que no tienen nada, es cada vez mayor. Hemos desmantelado la cohesión social que se había construido durante las últimas décadas con mucho esfuerzo de todas y todos.
Mi compromiso para el futuro inmediato es seguir ofreciendo visiones alternativas a las que nos suelen presentar los grandes medios de comunicación sobre la situación social de las personas, sobre sus situaciones cotidianas reales, sobre las penurias y miserias que padecen, muy alejadas de los datos macroeconómicos.
Me gustaría que los gobernantes de nuestro país y de toda Europa, se acaben de dar cuenta de que para salir de esta crisis es imprescindible "salvar a las personas".
Gracias a todas las personas que me habéis seguido durante este año. Espero no defraudaros en la gran aventura que nos queda por delante.

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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 17.04.2014

23/2/14

Abusos sexuales: ¿denunciamos?

Esta semana se ha hablado mucho sobre la obligación de los profesionales y de los servicios públicos de denunciar las situaciones de abuso sexual que conocen, y me da la sensación de que se están equivocando algunos conceptos.
A raíz del conocimiento público de que un profesor del Colegio Valdeluz de Madrid presuntamente ha ejercido abusos sexuales contra algunas de las alumnas de dicho centro escolar y, al parecer, de forma reiterada en el tiempo, también se ha ido sabiendo que había una serie de profesionales que conocían esta situación y que no han actuado poniendo los hechos en conocimiento de las autoridades pertinentes.
En primer lugar, me parece importante distinguir entre el abuso sexual como tipo de maltrato infantil y como delito. Hablamos de abuso sexual como maltrato infantil cuando se produce por aquellas personas que tienen legalmente encomendado el cuidado de los niños y las niñas; es decir, por regla general sus progenitores. Sin embargo, cuando este abuso sexual se produce fuera del entorno familiar, estaríamos hablando propiamente de un delito.
En ambas situaciones estamos hablando de actuaciones que suponen un delito. Sin embargo en nuestro país, hace más de dos décadas que el maltrato infantil se aborda desde el ámbito administrativo, con un enfoque de abordaje psicosocial de la familia que tiene como finalidad evitar dichas situaciones de maltrato, favoreciendo la restitución de las capacidades parentales a sus cuidadores. En estos casos, salvo que los hechos se conozcan por la intervención de las fuerzas de seguridad, normalmente no suelen denunciarse como delito ante la autoridad judicial, salvo en los casos de abuso sexual intrafamiliar, en los que parece haber una especial sensibilidad y que sí son denunciados judicialmente, pero es muy difícil conocer casos en los que se denuncien ante el juzgado un maltrato físico o una situación de negligencia parental.
En todo caso, existe la obligación de notificar cualquier situación de maltrato infantil ante la autoridad administrativa competente, que son los Servicios de Menores. Esta obligación afecta a cualquier ciudadano, pero están especialmente obligadas aquellas personas que, en el ejercicio de su desempeño profesional, tengan conocimiento de una situación de maltrato.
En el caso que nos ocupa, nos encontramos más bien ante un presunto delito de abuso sexual fuera del ámbito familiar y, tal y como han indicado diversas fuentes, corresponde interponer la denuncia ante a los juzgados a las propias víctimas o, en el caso de menores, a sus representantes legales.
Aquí me surgen algunas preguntas importantes, pues parece que algunos padres y madres sí que han tenido conocimiento del abuso que estaban sufriendo sus hijas. Quiero suponer que se han encargado de garantizar, con la suficiente firmeza y certeza, que la situación de abuso ha dejado de producirse. Si no fuera así, tal vez sí que han incurrido en una situación de desprotección respecto de sus hijas, lo que sería susceptible de ser puesto en conocimiento del Ministerio Fiscal o de los Servicios de Menores.
Aún más, yo creo que siempre se han de poner en conocimiento de las autoridades estas situaciones, porque aunque unos progenitores puedan garantizar que ha cesado el abuso hacia sus hijos o hijas, es muy probable que estos abusos puedan seguir produciéndose con otros niños o niñas.
A mi entender, lo que no es en absoluto de recibo es la actitud presuntamente negligente del centro escolar, dado que al parecer tenía conocimiento, ni las explicaciones de la Comunidad de Madrid para no denunciar el caso de la menor que atendió en el  Centro Especializado en Abusos Sexuales a la Infancia.
En el primer caso, tras haber reconocido el jefe de estudios que el colegio tenía conocimiento de la situación desde el año 2006, su inacción ha favorecido que los abusos continuaran produciéndose y, seguramente, afectando a nuevas víctimas. Por esto no se entiende que el jefe de estudios haya declarado "que querían proteger al resto de alumnos" (según fuentes periodísticas).
Por su parte, las explicaciones de la Comunidad de Madrid, amparándose en que los profesionales que atendieron a una de las víctimas no podían denunciarlo porque el Código Penal entiende que la libertad sexual es un bien jurídico muy íntimo, también me parecen bastante penosas y lamentables. A mi entender, en este caso la "libertad sexual" de dicha menor estaba, cuando menos, siendo violentada. Si las instituciones públicas no pueden actuar para detener una situación de abuso sexual en un centro escolar por parte de algún profesor, algo estamos haciendo muy mal en este país.
Lo más triste de todas esta historia es el sufrimiento y las posibles secuelas que generan estas situaciones en los niños y las niñas que las sufren. Aquí, no hablamos solo de (un depravado que ha atentado)* una persona que ha podido atentar contra la intimidad y la integridad de varias niñas, sino que hablamos de un fracaso como sociedad para protegerlas de esta situación.
Para concluir, considero que nuestra sociedad (y nuestros gobernantes que son los encargados de regular el juego democrático), debe hacerse un planteamiento muy claro sobre la necesidad de favorecer un entorno que sea amigable con nuestros niños y niñas, que favorezca la defensa de los intereses y de los derechos de la infancia por encima de otros intereses y que mentalice a todos los ciudadanos y las ciudadanas que los niños y los niñas no son una "propiedad privada" de sus padres, sino que deben ser un bien social a proteger entre todos.
* NOTA: entrada corregida por improcedente. Como bien indica Najo en su comentario la presunción de inocencia es un pilar básico de nuestro ordenamiento jurídico y de nuestra sociedad democrática.

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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 23.02.2014

8/2/14

Víctimas inocentes e invisibles

Hoy quiero hacerme eco de un vídeo muy interesante que me ha llegado, esta semana, desde periodismohumano. Se trata de un vídeo muy bien realizado y que refleja de forma muy breve, concisa y clara, la difícil situación que están viviendo muchos niños, niñas y adolescentes, y sus familias, en nuestro país.
El vídeo recoge algunos datos muy interesantes (y preocupantes), que reflejan una situación verdaderamente dura y cruel, que nos dan una idea de la magnitud que empieza a tener este problema.
- 2.200.000 niños y niñas de nuestro país, viven en familias con ingresos equivalentes inferiores al 50% de la media nacional; es decir, que viven en hogares que están por debajo del umbral de la pobreza (según datos de UNICEF).
- En los 2 últimos años, 205.000 niños más en riesgo de pobreza.
- El 13'7% vive en hogares con un nivel de pobreza alta.
- La pobreza es una de las consecuencias más evidentes de la crisis.
- La infancia es el colectivo más desfavorecido. Los más pequeños se han convertido en los más vulnerables. Gracias a la protección que ofrecen las pensiones, la pobreza en los mayores ha ido disminuyendo, mientras que en los menores ha aumentado.
- Las decisiones políticas en cuanto a reducciones en servicios sociales, educativos o sanitarios, repercuten directamente en los niños. Los pequeños sufren esta crisis cuando les desahucian, cuando sus padres se quedan sin trabajo, cuando la familia no puede costear libros de texto, cuando la calidad de su alimentación no es la adecuada, por bajadas en los salarios o incremento de los impuestos en los productos básicos.
- Hablar de pobres en un país rico, es hablar de desigualdad.
- España es el país de la UE con mayor tasa de pobreza infantil.
- Son las organizaciones no gubernamentales las que están ayudando a paliar los efectos negativos de esta nueva realidad social.
- Desde los colegios se detecta que los niños se les quedan dormidos en la clase, que no tienen fuerzas, que les ven apáticos o "apagados", lo que detecta una situación real de necesidad.
En el vídeo, se presentan algunos de los proyectos que están desarrollando organizaciones como UNICEF, Aldeas Infantiles S.O.S. o Cruz Roja, gracias a la solidaridad ciudadana, atendiendo cada vez más a familias de clase media.
Cada vez son más las familias que han agotado los apoyos de sus redes naturales, de familiares y amigos, que no llegan a final de mes, que pierden sus trabajos, a quienes desahucian de sus viviendas, que se quedan sin las ayudas sociales. Y todo esto, ante la pasividad de los poderes políticos.
Como bien dice UNICEF, la infancia es una oportunidad para cada niño y para la sociedad en su conjunto. Los recursos que se utilizan en la infancia, son claramente una inversión, y se han de proteger.
Y las grandes preguntas serían ¿dónde están las administraciones? ¿qué están haciendo los poderes públicos para revertir esta situación? ¿por qué se está dejando en manos de las organizaciones y de la solidaridad ciudadana la responsabilidad de dar respuesta a millones de niños y niñas y a sus familias?

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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 08.02.2014

1/2/14

El "trabajo en red" en el ámbito social

Suele ser muy habitual, en el ámbito de la intervención social, escuchar hablar del "trabajo en red". Con demasiada frecuencia, se entiende esta metodología como si fuera la panacea para solucionar todos los problemas que surgen en la interacción social (entre diferentes agentes sociales o diferentes servicios). El "trabajo en red" aparece como el enfoque metodológico que va a allanar todas las dificultades.
En mi opinión, sin embargo, los diferentes enfoques metodológicos de la intervención social, suelen ir tomando mayor protagonismo en determinadas épocas, convirtiéndose en una simple "moda".
Sin embargo, el "trabajo en red" suele ser un debate recurrente en el ámbito social. ¿Y por qué esta necesidad de hablar continuamente de "trabajo en red"? Porque la realidad social de las personas, los grupos y las comunidades, es una (formando "un todo"). En cambio, la respuesta profesional a estas realidades sociales se ha ido especializando de tal forma que se ha creado un complejo y variado entramado de servicios y/o recursos que atienden a la población de forma "parcial", desde su propia especialidad, creando una especie de "compartimentos estancos" que dificultan un abordaje "integral" de la situación social abordada. La teoría de sistemas nos ha demostrado con claridad que, cada vez que se introduce un cambio (por pequeño que sea) en cualquier parte del sistema, cambia todo el sistema reaccionando a dicho cambio (para adaptarse a él o para rechazarlo).
Para que podáis entender mejor esta entrada, debo deciros que hace unos 15 años, aproximadamente, me declaré "objetor de conciencia del trabajo en red". ¿Por qué? Pues porque me daba la sensación de que, cada vez que se hablaba de hacer una "trabajo en red", la mayor parte de los profesionales estaban hablando de la necesidad de mejorar la "coordinación técnica", pero no de trabajar en red. Por ese motivo, pensaba que no podíamos llamar "trabajo en red" a aquellas propuestas, sino más bien "coordinación". Además, había un elemento común que estaba presente en casi todas las reuniones en las que se discutía sobre el trabajo en red: este elemento solía ser el debate sobre "quién iba a liderar la red", y ahí ya nos perdíamos absolutamente, pues precisamente el trabajo en red se ha de caracterizar por el establecimiento de unas relaciones horizontales (sin jerarquías) e interconectadas, en las que todos los actores de la red están a un mismo nivel. No debemos confundir, sin embargo, esta premisa con la ausencia de liderazgo porque en todas las redes sociales existe un liderazgo (que puede ser cambiante en el tiempo y en la forma).
Durante estos 15 años, he ido dando diferentes oportunidades al "trabajo en red", incluyendo algunas acciones formativas al respecto. Y después de la última formación, en la que he participado recientemente, creo que he llegado a una conclusión que, para mí, es bastante relevante: el "trabajo en red" es una metodología de trabajo que está orientada principalmente para el abordaje de la planificación estratégica y/o el trabajo comunitario. Pienso que el trabajo en red para un abordaje de caso es poco útil, poco práctico, poco rentable, poco eficaz y poco eficiente. Por tanto, considero que para el abordaje de casos es mucho más efectivo hacer una buena "coordinación técnica".
Veamos a continuación cuáles son las principales características del "trabajo en red":
- Hortizontalidad
- Sinergia
- Autonomía y relación entre todos
- Pertenencia participativa
- Compromiso (co-responsabilidad)
- Construcción multidireccional
- Objetivos comunes, claros y precisos, asumidos por todos
- Construcción y gestión colectiva del conocimiento
- Acción común
- Simplicidad y flexibilidad organizativa
- Evaluación y aprendizaje
Algunas de estas características las podríamos encontrar tanto en lo que llamamos coordinación como en lo que denominamos trabajo en red. ¿Cuál es entonces la principal diferencia? Lo que a mí me ha ayudado a entender la diferencia entre ambas metodologías es: el objetivo.
redes
Cuando varios servicios o instituciones establecen una coordinación, cada entidad conserva su objetivo propio y la puesta en común intenta abordar la situación, desde las diferentes perspectivas, pero como una suma de objetivos. Sin embargo, en el caso del "trabajo en red", el objetivo es uno solo, definido por la propia red. Todas las partes implicadas en la red trabajan en una misma línea y para alcanzar una sola cosa (un solo objetivo), no para alcanzar cada parte su propio objetivo.

La comunicación que se establece en la coordinación puede ser vertical o solo entre algunos miembros determinados, mientras que la comunicación en el "trabajo en red" es horizontal y multidireccional, estableciéndose interacciones mucho más ricas y beneficiosas.
Por otra parte, la participación en una red ha de ser voluntaria y la necesidad de continuar formando parte de la red debe surgir de la percepción de participación activa. Muchas coordinaciones, sin embargo, puedes ser obligatorias, aunque la percepción de participación activa no exista.
Importante también es la diferencia entre co-ordenarse y co-operar. En la red, los diferentes miembros operan conjuntamente para alcanzar al objetivo, mientras que en la coordinación se suman y organizan diferentes actuación que se deben orientar en una misma línea de actuación, aunque para conseguir resultados parciales y diferenciados.
Podemos concluir que todo "trabajo en red" necesita de una buena coordinación, pero no todas las coordinaciones constituyen "trabajo en red".
De este modo, llegamos finalmente a una definición sencilla de Trabajo en Red como: "la colaboración de dos o más organizaciones o personas para alcanzar una meta".
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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 01.02.2014

27/1/14

Sí se puede!

Andaba yo esta tarde preparando un nueva entrada sobre el trabajo en red, cuando ha saltado la noticia de que el presidente de la Comunidad de Madrid ha anunciado la paralización de la privatización de 6 hospitales de la región, que dejaría en manos de 3 empresas privadas la gestión de dichos centros sanitarios públicos. Todo ello, tras haberse conocido que el Tribunal Superior de Justicia ha ratificado la paralización cautelar de estas adjudicaciones por los efectos irreparables que podrían tener.
A priori, podemos asegurar que es todo un triunfo de la sociedad madrileña que ha sabido pelear y defender lo que es suyo, lo que se paga "entre todos" por medio de los correspondientes impuestos. Porque no hay que dejar de recordar que la asistencia sanitaria "no es gratuita", la pagamos entre toda la ciudadanía. Y cuando a la sociedad madrileña se la han querido robar, miles de ciudadanos han salido a la calle para defenderla, demostrando que "sí se puede!".
Ahora, nos tocará esperar a ver qué ocurre de aquí en adelante, porque están surgiendo numerosas voces que intentan atribuir esta decisión a las causas más diversas y variopintas:
- algunas personas dicen que es porque a las empresas adjudicatarias no les salían finalmente las cuentas y, como las comunidades autónomas no tienen dinero para "jugar", no iban a poder "complementar" los beneficios.
- otras personas dicen que no refleja más que la incapacidad del actual equipo de gobierno para gestionar éste y otros temas relevantes para Madrid (como los juegos olímpicos o Eurovegas) y que, en definitiva, ha supuesto una herencia envenenada de la expresidenta (que se lo veía venir).
- hay quien habla del poder del pueblo que ha hecho retroceder a sus gobernantes.
- ....
Sea como fuere, lo que sí parece cada vez más cierto es que estamos llegando a un punto en que sólo los tribunales son capaces de controlar a "los políticos que viven por encima de sus posibilidades". Aunque yo, personalmente, creo que la decisión judicial ha servido para detener provisionalmente el proceso de privatización, pero la presión popular ha logrado que se retire totalmente el proyecto.
En el futuro inmediato se abren frentes similares, como es el campo de los Servicios Sociales que están claramente amenazados por la reforma de la administración local (tal y como he contado en mis últimas entradas). Y, en este caso, con un problema añadido y es que muchos Servicios Sociales sólo pueden ser gestionados por la propia administración porque tienen mucha rentabilidad social, pero no son rentables económicamente, por lo que ni tan siquiera surgirían empresas interesadas en gestionarlos, por lo que se puede anticipar que la intención real es eliminarlos.
En este frente también será fundamental que la ciudadanía sepa luchar y defender por lo que es suyo y por el sistema que está ayudando a casi 8 millones de personas a sobrevivir y salir adelante frente a las circunstancias actuales de nuestro país.
Espero que nuestros gobernantes comiencen a darse cuenta de que una mayoría absoluta no da carta libre para arrasar con sistemas de atención a la ciudadanía que están funcionando, aunque sean bastante mejorables. Con los profesionales de estos sistemas podrán contar siempre, porque somos los primeros interesados en que funcionen de la forma más eficaz y más eficiente posible.

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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 27.01.2014

18/1/14

El cuarto pilar del Estado de Bienestar

En mi última entrada os animaba a firmar a favor de la campaña que ha puesto en marcha el Consejo General del Trabajo Social para lograr que los Servicios Sociales sean reconocidos, en nuestra Constitución, como derechos de ciudadanía. Y hacía referencia en el título a que los Servicios Sociales deberían constituir el cuarto pilar del Estado de Bienestar. Pero, ¿qué es el Estado de Bienestar?
Podemos definirlo como "todas aquellas actuaciones realizadas por el estado para mejorar el bienestar o la calidad de vida de la ciudadanía". Sin embargo, ésta es una definición un tanto simplista, pues para conocer realmente todo su alcance se han de incluir algunos conceptos que son básicos.
El Estado de Bienestar tiene su origen en el año 1945 (tras la II Guerra Mundial) y es un modelo de Estado, que se caracteriza por promover una redistribución de la riqueza con el objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades y la extensión de los derechos sociales a toda la población. Así pues, se asienta sobre dos fundamentos básicos: intervenir activamente sobre la economía y alcanzar un Pacto social.
En el caso español, el Estado de Bienestar se ha configurado en las últimas décadas sobre tres pilares: la Sanidad, la Educación y el Sistema de Pensiones. En el año 2000, el profesor Vicenç Navarro, introdujo el concepto del "cuarto pilar" del Estado de Bienestar. La aparición del concepto fue un tanto casual, pues puso el ejemplo de una silla que tenía una pata rota y por tanto le faltaba una cuarta pata para poder hacer su función eficazmente. De esta forma, trasladó al ámbito social la necesidad de una cuarto pilar que era "el derecho de acceso a los servicios de ayuda a las familias". El profesor Navarro entendía este concepto de una forma amplia incluyendo los servicios de ayuda a domicilio o las escuelas infantiles. Sin embargo, poco a poco se fue reduciendo su significado, dando como resultado lo que conocemos como Ley de Dependencia.
Esta ley supuso un paso muy importante para los Servicios Sociales, pues era la primera vez que se reconocía un derecho subjetivo en este ámbito. Supuso para la profesión del Trabajo Social un esperanzador avance hacia la universalización de los derechos sociales. Pero, a pesar de la trascendencia del paso y de que la ley suponía una parte muy importante, no se trataba realmente del cuarto pilar del Estado de Bienestar, sino solo de una parte, tal y como fue puesto de manifiesto por los órganos de representación de los trabajadores sociales.
"Renunciar al Estado de Bienestar significaría aceptar que el Estado abandonara su responsabilidad de intervenir con el fin de mejorar el bienestar social de la población, dejando de proveer escuelas, servicios sanitarios y servicios de atención a la familia, incluyendo escuelas de infancia para niños de 0 a 3 años, servicios domiciliarios a personas con discapacidades y personas mayores, viviendas asistidas y residencias de ancianos, entre otros como viviendas para jóvenes, formación profesional o universitaria que les ayude a integrarse en el mercado de trabajo, pensiones de vejez, viudedad e incapacidad, prestaciones para las personas en paro, ayudas económicas a las familias y prestaciones para prevenir la exclusión social". (El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias – Vicenç Navarro).
Los trabajadores sociales entendemos que el cuarto pilar del Estado de Bienestar es el Sistema Público de Servicios Sociales. Un sistema que, justo en el momento en que comenzaba a alcanzar la madurez de su desarrollo, se está viendo truncado y desmantelado, a causa de las "desacertadas" decisiones que está tomando el gobierno español, priorizando el pago de la deuda por encima del bienestar de las personas.
Pero hay un pregunta clave: ¿por qué los Servicios Sociales han tardado tantos años en alcanzar su madurez? Para mí, hay una respuesta que es básica: mientras que los sistemas de Salud o de Educación, nacieron "centralizados", el sistema de Servicios Sociales se ha basado, desde sus orígenes, en la "descentralización". Los Servicios Sociales nacieron en el seno de las Comunidades Autónomas, habiendo desarrollado cada una de ella su propio modelo de expansión y de cobertura de derechos sociales.
Dicho de otro modo, el sistema sanitario y el sistema educativo, cuentan con una legislación de base a nivel estatal, habiéndose desarrollado las características propias de cada Comunidad Autónoma en la base de un marco común, el cual ha establecido las prestaciones básicas y ha favorecido la igualdad de todos los ciudadanos, con independencia de su lugar de residencia.
Sin embargo, el Sistema de Servicios Sociales se ha ido desarrollando de forma muy dispar en cada uno de los territorios. Cada Comunidad Autónoma, desarrolló su propia legislación, estableciendo servicios y prestaciones muy dispares en muchos casos. Esto ha constituido un problema muy importante, ya que ha supuesto un gran lastre para que su expansión haya sido más rápida y eficaz, habiendo tardado más de 3 décadas en comenzar a llegar a un estadio de madurez.
Ahora, nos encontramos en un momento clave porque la Reforma de la Administración Local que ha aprobado el gobierno estatal, está provocando el desmantelamiento del Sistema de Servicios Sociales, en lugar de haber regulado algunos aspectos básicos que fueran comunes a todos los territorios. Por eso, volviendo al recordatorio que hacía al principio de esta entrada, los trabajadores sociales estamos liderando un proceso de recogida de firmas para exigir al Gobierno de España que ponga en marcha las iniciativas legales oportunas para que el acceso a la cobertura de los Servicios Sociales sea un derecho fundamental de toda la ciudadanía de nuestro país.
En estos momentos, llevamos recogidas ya casi 10.000 firmas, pero necesitamos muchas más, porque es mucho lo que nos jugamos; sobre todo, el futuro de las generaciones más jóvenes de nuestro país.
Anímate!!!...   y pincha en la imagen para firmar
Peticion cuarto pilar (change)




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Entrada publicada por Juanma Gil en "Al día del Trabajo Social", en el diario digital menorcaaldia.com, el 18.01.2014

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